Su Esencia:
No importa en qué lugar de la ciudad te ubiques, cerca tuyo
probablemente exista un punto desde donde el cual se puede apreciar la grandeza
de Estambul.
No en vano ha cautivado a conquistadores de todas las
religiones y a sus pueblos. El punto
estratégico sobre el Bósforo, las aguas del Estrecho de Mármara tiñiéndose de
dorado con los últimos rayos de sol de la tarde, sus bellas colinas...
Aquí, una breve reseña de los lugares clave para apreciar la
belleza de la ciudad y entender el porqué de la grandiosidad que la ha hecho
perdurar a través de los siglos....
Lo Imprescindible n°1:
La Colina de Pierre Loti
Es quizás el mirador más famoso en las últimas décadas para admirar Estambul.
Pierre Loti (1850-1923) fue un escritor francés que desembarcó en la ciudad turca como oficial de una flota francesa. Su gran espiritu viajero se enamoró de la ciudad y de una mujer local, a quien dedicó su primera novela Aziyadé de 1879, ambientada en Constantinopla.
En el barrio de Eyup, se encuentra la colina de Pierre Loti donde se puede visitar la que fuera casa de este novelista de estilo romántico. Pero más importante aún, la casa fue transformada en café y en la propia terraza de la colina puedes encontrar el mirador más famoso de la ciudad. Amplios balcones al aire libre entre sillas de metal, añejos árboles y sombrillas de color brillante, te invitan a tomarte un descanso y un buen té de manzanas, van a ser tus aliados para disfrutar de la oportunidad de ver el área de Estambul conocida como Cuerno de Oro en todo su esplendor.
Hacia tu derecha, mirando hacia el Cuerno a pocos pasos nomás, vas a encontrar el funicular de la colina de Pierre Loti con su estación; es pequeño, no muy alto y en pocos minutos te permite descender de nuevo al barrio de Eyup. Mientras desciendes con el funicular, podrás apreciar a tu derecha el cementerio musulmán que se extiende a través de terrazas por una de las laderas de la colina, muy austero y casi inmerso en el bosque que lo protege.
Una vez abajo, puedes seguir caminando hasta encontrar una de las mezquitas más bellas y de movimiento de la ciudad; la mezquita de Eyup.
Otra forma increíble de ver Estambul es tomar un paseo en barco y recorrer ambas márgenes del Bósforo desde el área de la marina de la ciudad hasta Sultanhamet.
Las colinas de la ciudad se extienden suaves hasta llegar a las márgenes de las aguas que cruzan y engrandecen el Estrecho; podrás apreciarlas desde otro punto de vista y entender la magnificencia de sus palacios (Beylerbeyi, Dolmabache, el hotel Kempinski), las grandes mansiones de los ricos y famosos turcos y maravillarte con la infraestructura y diseño de sus puentes.
El paseo suele durar alrededor de hora y media, el movimiento del agua suele ser bastante calmo, salvo cerca de Sultanhamet donde atracan también los grandes cruceros, y en épocas veraniegas es ideal para gozar de la brisa y el sol.
Más al norte de la plaza Taskim, casi donde termina la peatonal, todavía se conserva un ícono de la ciudad: la Torre Gálata.
La torre tiene una altura de casi 67 mts. En 1348, cuando se construyó, se convirtió en la estructura más alta de la ciudad. Lo interesante es que tiene un mirador a algo más de 51 mts de altura. La torre tiene dos ascensores en funcionamiento y en el piso superior hay un restaurante y una cafetería realmente preciosas.
Lo importante de la visita es la posibilidad de acceder a su terraza circular, desde donde se disfrutan de unas vistas increíbles de la ciudad y del Bósforo.
La Torre es muy popular durante todo el día, más todavía al atardecer cuando los turistas buscan la imagen del Cuerno de Oro bañado por el sol de la tarde.
Para entrar, siempre hay cola, por lo que tienes que armarte de paciencia para comprar la entrada y subir por cupos en los ascensores.
Hacia tu derecha, mirando hacia el Cuerno a pocos pasos nomás, vas a encontrar el funicular de la colina de Pierre Loti con su estación; es pequeño, no muy alto y en pocos minutos te permite descender de nuevo al barrio de Eyup. Mientras desciendes con el funicular, podrás apreciar a tu derecha el cementerio musulmán que se extiende a través de terrazas por una de las laderas de la colina, muy austero y casi inmerso en el bosque que lo protege.
Una vez abajo, puedes seguir caminando hasta encontrar una de las mezquitas más bellas y de movimiento de la ciudad; la mezquita de Eyup.
Lo Imprescindible n°2:
El paseo por el Bósforo.
Las colinas de la ciudad se extienden suaves hasta llegar a las márgenes de las aguas que cruzan y engrandecen el Estrecho; podrás apreciarlas desde otro punto de vista y entender la magnificencia de sus palacios (Beylerbeyi, Dolmabache, el hotel Kempinski), las grandes mansiones de los ricos y famosos turcos y maravillarte con la infraestructura y diseño de sus puentes.
El paseo suele durar alrededor de hora y media, el movimiento del agua suele ser bastante calmo, salvo cerca de Sultanhamet donde atracan también los grandes cruceros, y en épocas veraniegas es ideal para gozar de la brisa y el sol.
Lo Imprescindible n°3:
La Torre Gálata
La torre tiene una altura de casi 67 mts. En 1348, cuando se construyó, se convirtió en la estructura más alta de la ciudad. Lo interesante es que tiene un mirador a algo más de 51 mts de altura. La torre tiene dos ascensores en funcionamiento y en el piso superior hay un restaurante y una cafetería realmente preciosas.
Lo importante de la visita es la posibilidad de acceder a su terraza circular, desde donde se disfrutan de unas vistas increíbles de la ciudad y del Bósforo.
La Torre es muy popular durante todo el día, más todavía al atardecer cuando los turistas buscan la imagen del Cuerno de Oro bañado por el sol de la tarde.
Para entrar, siempre hay cola, por lo que tienes que armarte de paciencia para comprar la entrada y subir por cupos en los ascensores.
Lo imprescindible n°4:
Cruzar sus puentes
Debido a que Estambul tiene atracciones en ambas márgenes del Bósforo, una forma práctica y barata de obtener vistas increíbles es precisamente la de atravesar sus puentes.
Poe ejemplo, si optas por conocer el Palacio de Beylerbeyi, ubicado sobre las colinas de Asia, lo mejor es llegar hasta allí cruzando por uno de los puentes bicontinentales que une Europa con el otro Continente. El puente del Bósforo, tiene una extensión de más de 1000 metros y ofrece una de las mejores vistas, en particular de la Mezquita de Ortakoy, a metros nada más de uno de los pilares anclados en el lado europeo.
Y si vas en metro desde Taskim a Sultanhamet, podrás también pasear y atravesar los puentes sobre el Bósforo, mientras ves cómo las mezquitas dibujan sus contornos sobre las orillas de Estambul.
Y si vas en metro desde Taskim a Sultanhamet, podrás también pasear y atravesar los puentes sobre el Bósforo, mientras ves cómo las mezquitas dibujan sus contornos sobre las orillas de Estambul.
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