Serie La Custodia de Tierra Santa: Jerusalem extramuros

Su Esencia:
Generalmente, el peregrino que llega a la Ciudad Santa, busca la experiencia de revivir los pasos del Señor en su camino hacia el Gólgota y transitar la Via Dolorosa por las calles estrechas de la vieja Jerusalem, pero es importante destacar que existen otros lugares santos que merecen ser visitados y que complementan la experiencia de fe y devoción que uno puede sentir al llegar a Jerusalem. 
Y si no eres católico, puedo asegurarte que al menos tu espirítu se regocijará al conjugarse en estos lugares la Historia y el Arte Sacro.
Son sitios de culto que se encuentran fuera de las murallas del casco antiguo, algunos muy próximos y otros en las colinas cercanas. No dudes de dedicarle aunque sea medio día para visitarlas.


Lo Imprescindible n°1: El Monte los Olivos
Ubicado al este de Jerusalem, es imprescindible su visita ya que varios sucesos de la vida pública de Jesús y de sus discípulos ocurrieron allí.
Es conveniente comenzar su recorrido desde la cima y bajando por las laderas, a fin de no perder ninguno de los tesoros de la Historia de la Humanidad que alberga...

Iglesia del Pater Noster: se lo conoce también como el santuario de L'Eleona desde el siglo IV. Está iglesia católica se construyó sobre la cueva donde se dice que Jesús enseño a sus discípulos la oración del Padre Nuestro. 
La iglesia moderna de hoy en día y que protege dicho lugar santo, se erigió sobre una basílica del siglo IV, diseñada por Costantino I y bajo la dirección de la obra de la madre del Emperador, Santa Elena.  
Lo más atrayente además de la pequeña cueva, son los jardínes que rodean la iglesia, del cual cuidan las monjas Carmelitas y los 64 paneles en mosaicos que muestran la oración del Padre Nuestro en 62 idiomas diferentes, desde arameo hasta japonés y gaélico escocés.
Hoy en día, la tierra en que la iglesia se encuentra formalmente pertenece a Francia.
Los horarios de visita son: lunes a sábado, 8:30 a. m. a 11:45 a. m., 3:00 p. m. a 5:00 p. m. y está cerrada los domingos. Cerrado el domingo


Iglesia del Dominus Flevit: en latín significa "El Señor lloró", es un pequeño templo, sobre un terreno que pertenece a la Custodia de Tierra Santa y se emplaza sobre la cima del Monte de los Olivos, a pocas cuadras calle abajo de la iglesia anterior.
Un jardín de olivos conduce hasta el lugar donde se ubica la iglesia actual, construida por el gran Antonio Barluzzi en 1930, sobre los restos a su vez de una iglesia bizantina del siglo VII, de la cual se conservan algunos mosaicos sobre el pavimiento.
El lugar intenta rememorar el llanto de Jesús ante la ciudad de Jerusalem, del libro de Lucas Apostol. Desde el siglo XVI, la tradición indica que los peregrinos asocian este hecho en el Nuevo Testamento con dicho lugar. 
La iglesia es muy, muy pequeña y el interior está dominado por una gran ventana sobre el altar mayor que mira hacia la Ciudad Vieja de Jerusalem y hacia la Cúpula del Santo Sepulcro como reverencia. 
El jardín, que presenta además una gran terraza es uno de los lugares panorámicos por excelencia para divisar las murallas y admirar la ciudad.
Existen además en el lugar restos que se suponen son del pueblo cananeo de la Edad de Bronce y un antiguo cementerio de las primeras comunidades judeocristianas de la Ciudad Santa. 
Tip estado físico: para ir caminando de la Iglesia del Padre Nuestro hasta la de Dominus Flevit, hay que descender por una calle de gran inclinación. Conviene siempre dejar para visitar en segundo lugar Dominus Flevit, cuestión de no generar esfuerzo cardíaco al subir por la calle. 
Cementerio Judío: desde el ingreso a Dominus Flevit puedes ver claramente la extensión que abarca el gran cementerio judío que se extiende por toda la ladera del Monte de los Olivos, de la cara frente a la Ciudad Vieja.
Según el Libro de Zacarías, el monte de los Olivos se señala como el lugar desde el cual Dios comenzará a redimir a los muertos al final de los tiempos.  Debido a esto, los creyentes del Judaísmo siempre han buscado de ser enterrados en la montaña, y es por ello que desde los tiempos bíblicos hasta hoy, estas laderas han sido utilizados como destino final de descanso de los restos humanos. 
Existen aproximadamente 150.000 tumbas en el monte, incluyendo figuras históricas como el mismo Zacarías. El sitio impresiona por su inmensidad y valor histórico.

Lo Imprescindible n°2: El Huerto de los Olivos 
El lugar pertenece a la Custodia de Tierra Santa y ha sido cuidado oficialmente por los padres franciscanos desde 1681.
Está asentado al pie del Monte de los Olivos y de frente a las murallas de la Ciudad Vieja, muy cerca de la Puerta de los Leones, inicio del Via Crucis Romano.
El ingreso al Huerto está sobre el sendero asfaltado que sube hacia la cima del Monte, y está situado al ingresar en el complejo de la propiedad del Santuario de Getsemani.
Se trata de un jardín que ocupa una superficie de unos 1200 metros cuadrados y está protegido por una valla que permite a los visitantes caminar alrededor de los centenarios olivos. Actualmente, los olivos más antiguos son ocho, con troncos cuyo diámetro sobrepasa en algunos casos los tres metros. Se dice que este jardín probablemente está entre los lugares más fieles a la Jerusalén de hace dos mil años.
Fue alli donde la noche del Jueves Santo, Jesús se retiró para pasar la noche y rezar; antes de su detención, sufrió la agonía y la aceptación de su decisión de morir en la Cruz. 
Tras atravesar el jardín, se puede acceder a la Basílica de Getsemani, conocida también como la Basílica de la Agonia; una de las bellas que puedes encontrar en Jerusalem. 
La basílica descansa sobre los cimientos de dos templos anteriores, una basílica bizantina del siglo IV, destruida por un terremoto en el año 746 y una capilla cruzada del siglo XII, abandonada en 1345.​ Las obras del edificio actual, diseñado por el gran arquitecto Antonio Barluzzi,​ se llevaron a cabo entre 1919 y 19244​ empleando fondos provenientes de distintos países, de allí que se la conoce también como Iglesia de las Naciones.
La luminosidad de Jerusalmen contrasta con la suave oscuridad del interior de la basílica, ya que la luz se filtra por ventanales con cristales color violeta. Sus bovedas de azul y oro y sus columnas rosadas contribuyen a esa atmósfera casi nocturna.
El corazón de la Basilíca es la roca de la Agonia, a los pies del altar, y que cada peregrino que llega a ella puede tocar y orar ante la misma. Desde inicios del Cristianismo se la identifica como la roca sobre la cual Jesús, lloró, oró y sudó sangre.
La roca está cercada por una corona de espinas entrelazadas, realizada en hierro forjado y plata, con una altura de 30 cms y ligeramente inclinada hacia la roca.
Es imperdible así mismo el frente y la Puerta Santa de la Basilica; la fachada es de estilo neobizantino, con una serie de pilares. El mosaico de la parte superior, muestra a Cristo como enlace entre Dios y la humanidad. Es deslumbrante de día y exquisitamente iluminado de noche.... 
  
Lo Imprescindible n°3: La Tumba de la Virgen
Aproximadamente a dos cuadras del Huerto, en el mismo Valle del Cedrón, en las laderas del Monte de los Olivos, se encuentra quizás uno de los más antiguos tesoros de Jerusalem. Una fachada antigua románica marca lo que sería el ingreso de una iglesia.
Tras traspasar la puerta, la sorpresa invade al peregrino ya que una monumental escalera de piedra de anchos escalones se extiende hacia abajo.
Este lugar se lo conoce como el Sepulcro de María. Según la tradición ortodoxa, aquí fue depositado el cuerpo de Nuestra Señora.
Es muy antiguo el lugar, ya que la primera iglesia fue construida en el siglo IV, y luego reconstruida por los cruzados en el siglo XII. Se salvó de no ser destruida por Saladino tras conquistar Jerusalem, debido a que María es también honrada en el Islam.
Esta tumba no forma parte de la Custodia de Tierra Santa sino que está custodiada por los ortodoxos, tanto griegos como armenios, y constituye, junto a la Basílica de Belén, el Santo Sepulcro y la Ascensión, el cuarto lugar santo regulado por el Statu Quo. Uno se da cuenta enseguida por la ornamentación ortodoxa de las lámparas y candelabros en el corazón de lo que bien podríamos llamar la cueva de la iglesia.
A mitad de camino del descenso, la monumental escalera tiene un descanso. Allí la tradición sostiene que se encuentran las tumbas de los padres de la Virgen, San Joaquín y Santa Ana y la de su marido, San José.
Tras terminar la ancha escalera, se llega a la nave más grande de la iglesia, hay varios altares, pero hay una cripta hacia la derecha, revestida enteramente en mármol, cuadrada y de paredes altas. No se puede ingresar al interior, pero dos puertas muy pequeñas permiten observar si uno se arrodilla al corazón de la cripta. Un sarcófago, rectangular, casi un altar en purisimo mármol blanco, muy similar a la Tumba de Cristo del Santo Sepulcro, ocupa gran parte del interior.
La penumbra de la iglesia, las tenues luces de los candelabros ortodoxos, el silencio y la paz que se siente allí, llevan a creer que efectivamente se trata de un lugar Santo, haya estado o no allí depositado el cuerpo de María.
Controversia con Efeso: en las últimas décadas el Cristianismo se ha divido en dos corrientes acerca del lugar donde falleció María; en Jerusalem o en Turquía, en la ciudad de Efeso donde se dice que vivió como Madre del apóstol Juan.
Yo tuve la oportunidad de conocer también la casa de María en Efeso. Debo confesar que sentí tal sensación de serenidad y amor entre esas sencillas paredes de piedra, que no puedo cerrarme a creer en tal posibilidad tampoco.


Lo Imprescindible n°4: La Gruta de Getsemani.
Pegada a la iglesia que contiene la Tumba de María, un pequeño pasillo, casi pasa desapercibido. No pases de largo, porque es también uno de los lugares de la Custodia de Tierra Santa: aquí se ubica la gruta que según la tradición, a partir del siglo IV, ocurrió la traición de Judas. 
Por tal motivo, se la conoce como la Gruta de Getsemaní o de la Traición.
Tiene lógica si pensamos en las escrituras que nos dicen que Jesús, después de su agonía en el Huerto de los Olivos, volvió a la gruta para reencontrarse con los apóstoles y allí fue a buscarlo Judas con los guardias. 
Los franciscanos entraron en posesión de la gruta en 1361 y, a diferencia de lo que ocurre con la Tumba de la Virgen, mantienen dicha propiedad. 
Es una gruta muy pequeña, mide unos 19x10 metros. Siempre ha mantenido una fisonomía bastante natural y en la época cruzada,  su bóveda fue decorada con pinturas de estrellas y escenas evangélicas.
En su interior, se celebran misas para un público reducido.
  
Lo Imprescindible n°4: La Basílica de la Dormición
La forma más facil de ubicar esta iglesia es salir por la Puerta de Sion de la Ciudad Vieja hacia la izquierda.
La Abadía se advierte enseguida por ser una gran iglesia octagonal ascendiendo por entre las murallas, muy cerca del lugar donde se encuentra el Cenáculo.
Construida en estilo románico, el sitio marca el lugar donde la Virgen María cayó en su “sueño eterno” y fue llevada a los Cielos. Pese a su estilo antiguo, fue edificada a comienzos del 1900 por la orden Benedictina, sobre los restos de templos que databan del año 600.
El templo superior, es al que uno accede primero, tiene un altar principal y otros secundarios en forma envolvente con magnificos mosaicos; hay que detenerse un momento para apreciar el mosaico central del pavimento, en el medio del cual se insertan tres círculos, que simbolizan la Santísima Trinidad.
Pero quizás lo más interesante para visitar es la cripta, a la que se desciende por dos escaleras de caracol cerca de la entrada al templo. La cripta es una habitación circular con pilares bajo la iglesia principal, en cuyo centro yace una estatua de tamaño natural de María durmiendo, hecha de madera de cerezo y marfil. La imagen conmueve en sí misma y es un lugar que llama a la oración, en particular para aquellos que como yo, siguen la devoción Mariana.
Alrededor de la imagen de la Virgen, existen varias capillas dedicadas a las distintas advocaciones de María y que provienen de diferentes continentes.


Lo Imprescindible n°5:
El Cenaculo y la Tumba del Rey David
Saliendo de la ciudad por la puerta de Sión, una calle conduce al Cenáculo —hacia la izquierda— y a la basílica de la Dormición —hacia la derecha.
No puedes perderte porque frente a la entrada a la casa que alberga el Cenáculo se emplaza una bella estatua del Rey David, bajo la sombra de las altas paredes de la Basilica de la Dormición.
El Cénaculo es otro de los lugares quizás de más veneración de los peregrinos. Se ubica en el primer piso de una casa, al cual se accede al Cenáculo a través de un edificio anexo, subiendo unas escaleras interiores y atravesando una terraza a cielo abierto. 
Créase o no, en la planta baja del mismo edificio, los judíos custodian lo que se cree es la Tumba del Rey David.
La sala del primer piso se venera desde hace siglos como el lugar donde Jesús ofició la Ultima Cena y la institución de la Eucarístia.
Se cree además que es lugar donde luego de su Resurrección se apareció en más de una oportunidad a sus discípulos y es donde además, el conjunto de ellos recibió al Espíritu Santo en Pentecostés.
Desde los primeros tiempos existió en dicho lugar una pequeña iglesia que custodiaba justamente este lugar de veneración, luego se construyó una gran basílica que fue destruida por Saladino y vuelta a erigir por los cruzados al recuperar la Ciudad Santa. Gracias a que se construyera un convento fransciscano en el siglo XIV quedaron preservadas la sala y parte del patio de la casa de la Ultima Cena.
Se trata de una sala de unos 15 metros de largo y 10 de ancho, prácticamente vacía de adornos y mobiliario. Las pilastras en las paredes, las dos columnas en el centro y el techo abovedado son propias del estilo gótico con el que se reconstruyó la capilla en época de los cruzados. Resalta por su belleza la escultura de bronce que representa el árbol de olivo en uno de los costados de la sala. Luego que los musulmanes recuperaran Jerusalem y expulsaran a los franciscanos, la capilla se transformó en mezquita, lo cual explica el mirah que se encuentra allí. Desde al año 1948 el lugar es administrado por el estado de Israel y si bien puede visitarse, no está permitido celebrar misas en el lugar.


En el piso inferior, puede visitarse la Tumba del Rey David. Se trata de una sala dividida por un extenso biombo que permite separar a las mujeres de los hombres, tal como ocurre con el Muro de los Lamentos. 
Allí, se encuentra un sarcófago extremadamente largo que se dice, guarda los restos de David. Es un lugar de oración para la fe judía, por lo que hay que obedecer las reglas de vestimenta y decoro y no están permitidas las fotografías en el lugar. La foto del interior de la tumba de David que acompaña aquí pertenece en el copyright al blog amigo: 
https://parenelmundoquemesubo.blogspot.com.ar
 
Lo Imprescindible n°6: 
San Pedro de Gallicantu.

Esta iglesia está construida sobre el costado oriental del Monte Sión, sobre una ladera casi vertical. De hecho, al pasar por la calle que llega hasta ella, vas a notar enseguida que la cúpula de la iglesia está casi a la par, ya que hay que descender paulatinamente para visitarla. Fue consagrada en 1931, y renovada completamente en 1997.
Es facil de reconocer ya que sobre su techo se alza un gallo dorado, encima de una cruza negra. Se venera como el lugar donde se produjo la triple negación de Pedro de nuestro Señor, y por contener las ruinas de la casa que habitaba el Sumo Sacerdote Caifás, sitio además donde Jesús fue encarcelado la noche previa a su pasión.
Galli-cantu significa canto del gallo en latín y de allí viene el nombre otorgado a la iglesia.
Es llamativa su estructura interna, ya que está construida en cuatro niveles diferentes: iglesia superior, iglesia media, el cuarto de guardas y el calabozo. Cada nivel tiene su diseño y ambientación, mezclandose en sintonía obras más contemporáneas y piezas antiguas.... 
En el templo superior, destaca en su boveda la enorme ventana en forma de cruz, diseñada con miles de colores radiantes. Son para admirar también los grandes mosaicos que cubren la pared posterior y los dos laterales; representan los momentos de la Ultima Cena, el interrogatorio de Jesús frente a Caifas y por último Pedro como Primer Papa. 

A la iglesia media se accede bajando las escaleras; es más íntima y menos luminosa. En sus paredes se reflejan los momentos de la negación de Pedro, su arrepentimiento y la reconciliación con Jesús a orillas del Mar de Galilea, luego de la Resurrección.
Si no quieres seguir bajando, desde este templo medio se puede ver mediante una abertura hacia abajo, el foso en que según la tradición, Jesus pasó horas esposado y detenido por Caifás hasta su entrega a Pilatos. En este nivel comienza a aflorar también el suelo rocoso de la colina que es claramente visible una vez que uno sale al patio y terraza de la iglesia.



Si continúas bajando por las escaleras llegarás al nivel donde se cree que estaba el cuarto de los guardias y donde Jesús fue esposado. Hay una bella estatua de Jesús encadenado y de rodillas de tamaño natural que asombra por la congoja y la mansedumbre a la vez que transmite.
Las escaleras finales, ya de piedra y más empinadas, conducen directamente al calabozo donde se cree que Jesús fue detenido, tras ser traicionado por Judas en el Huerto de los Olivos.....El lugar es estrecho y poco iluminado.... es fácil advertir la sensación de aislamiento y encierro que estar entre esos pocos metros cuadrados provocaba.....la cisterna es venerada desde la epoca bizantina y se la conoce como "la fosa profunda".
Una vez que asciendes de nuevo con dirección al patio se pueden reconocer todavía los cimientos de más de 2000 años de antigüedad de lo que se cree fue la casa de Caifás. Son fácilmente distinguibles desde las galerías que bordean la iglesia en la cara que da a la colina.
En el exterior y a diferencia de lo que ocurre con otros templos, cobra protagonismo su patio. Según la tradición este fue el escenario de la desgracia de Pedro.
El espacio amplio y que sirve como terraza hacia Jerusalem, se erigen un conjunto de estatuas que representan el momento de la negación: figuran el Apóstol, el gallo, la mujer que preguntó a Pedro y un soldado romano.
La iglesia emociona por tu contenido histórico pero quizás lo que más me impresionó fueron los restos de una calle escalonada de piedra, que corre perpendicular a la ladera y llega hasta el patio de lo que fuera la casa de Caifás. Esa calle escalera unía los barrios nobles en la parte alta de la colina con los más populares en la base del Cedrón. Es tan antiguo que sin dudas, existía en tiempos de Jesús y es muy probable que lo recorriera en más de una ocasión, de seguro conducido a la fuerza por la muchedumbre que lo apresó en el Huerto de los Olivos y que lo llevó hasta esos mismos cimientos.....

Datos del viaje a Israel:

Agente de Viajes:  Marcos Tours  
Urquiza 1363 , C.P. 2146, Ciudad de San Genaro.
Santa Fé, Argentina
Teléfono/Fax: 03401-449400
Email: marcostourssangenaro@gmail.com