Turquía: el país a vuelo de pájaro

Su Esencia

La República de Turquía es hoy la conexión entre Europa y Asia, no solo por su ubicación geográfica, si no también por lo económico, por su pujante desarrollo y por esa mirada que la propia Historia le ha conferido. 
Su sistema político es parlamentario y se trata de un Estado laico, aún cuando la mayoría de sus habitantes profesan la religión musulmana.
El turco es el idioma oficial, propio y distinto del árabe. Se dice que en mundo, más de 200 millones de personas hablan este idioma.
Su bandera presenta una media luna y una estrella blanca sobre un fondo rojo brillante. El diseño actual fue adoptado en 1876, pero no difiere esencialmente de la bandera que luciera el Imperio Otomano, antes de la constitución de la República.
La capital reside en la ciudad de Ankara, ubicada en la región de Anatolia Central y es la segunda ciudad en importancia por el número de habitantes, después de la poderosa Estambul.
Su economía:
La economía turca se basa principalmente en el turismo pues disfruta de uno de los legados de la historia más importantes del mundo así como la naturaleza que se desarrolla en todo su esplendor. 
A medida que te adentras por el interior del país, verás lo importante y muy difundidos que están los cultivos de trigo, arroz, algodón, té, tabaco, avellanas y frutas. Según la estación se dan muy bien los zapallos y las sandías. Las vides son otro emprendimiento importante y en especial, los dátiles, en particular en la región de Esmirna, famosos en el mundo entero y que puedes encontrar naturales o disecados.
En los últimos años también en la zona de Efeso se ha hecho extensivo la explotación de cueros de oveja, de extremada suavidad y flexibilidad.
Las alfombras turcas son orgullo del país y son exhibidas en todos los lugares turísticos y es común que como visitante en Turquía, te lleven u ofrezcan guiarte por una de las excelentes fábricas del centro del país.
Dentro de la orfebrería, Turquía es el país de las turquesas y es el lugar justo si quieres invertir en ellas o obsequiar con ellas a alguien de tu cariño. La sultanita en cambio es un desarrollo reciente y artificial en joyería pero no menos interesante por no ser de canteras naturales: de acuerdo con la luz blanca puede cambiar de color verde a granate en segundos.
Y por último no hay que olvidar que Turquía es quizás la cuna de los mercados: ya sea en los grandes Mercados de Estambul o en los improvisados mercados fuera de las grandes atracciones del interior, vas a encontrar una variedad de objetos, lámparas, telas bordadas, muy buen algodón, y las famosas tacitas turcas de vidrio para tomar el té.  

Sus regiones:
Turquía no solo es Estambul. El territorio de Turquía se extiende sobre todo en la región de Asia Menor y solo el 3% se ubica sobre el Continente Europeo. 
Lo interesante es que sus tierras albergan un rico pasado histórico, cultural y religioso que amerita conocerlo y recorrerlo con tranquilidad.
Ankara es la capital oficial y se ubica en la región de Anatolia Central, siendo hoy en día la segunda ciudad más populosa del país, luego de Estambul. En tu paso por esta ciudad, no puedes dejar de recorrer y conocer el Mausoleo de Ataturk, padre de la Patria Turca. 
En los últimos años se ha incrementado mucho el interés por la región de Capadocia (Tierra de los Caballos Hermosos), que consiste en cuatro valles que concentran los primeros asentamientos cristianos en la región de Asia. Capillas con frescos antiquísimos y casas talladas en la roca de las montañas pueden visitarte y admirarse.
Para llegar a Capadocia puedes hacerlo por vía terrestre o tomar un vuelo desde Estambul hacia Kayseri (antigua Cesaréa) y de allí en pocos minutos podrás encontrarte allí.
Todo el valle asume formas caprichosas que despiertan la invitación del viajero y la belleza infinita del paisaje pueden ser observados desde el aire: en Capadocia es donde se pueden tomar pacíficos pero emocionantes viajes en globo y ver salir el sol sobre las cumbres del valle; un recuerdo para atesorar realmente magnífico...

La ciudad de Konya es otro de los puntos de interés de los últimos años, en particular por el dinamismo pujante de su ciudad, muy religiosa y por ser el lugar donde nació la Orden de los Derviches Danzantes. En Konya se ubica el Monasterio de Mevlana, donde se halla enterrado el fundador de la esta congregación religiosa, Jelaluddin Mevlana Rumi (1207-1273). Visitar la ciudad y el monasterio es apreciar el legado de uno de los momentos más importantes de la historia del Islam. Los derviches son un grupo nacido dentro del Sufismo, es decir, que pertenecen a la rama mística, filosófica, científica y poética del Islam.
Son famosos los derviches por su silenciosa danza, la cual consiste en girar sobre sí mismos, como forma de alcanzar la elevación y el encuentro con su fe.

Pamukkale e Hierapolis, son visitadas anualmente por ser Patrimonio Universal de la Unesco; brindan tanto historia como un belleza natural, podría decirse que única en el mundo. Las llamadas "terrazas de algodón" son piscinas naturales formadas en las colinas de Pamukkale, y de agua termal, con distintas propiedades curativas. Las llamadas travertinas o piscinas pueden utilizarse previo ingreso al sitio protegido y caminar libremente por ellas. La riqueza termal de la zona ha sido también aprovechada por numerosas cadenas de hoteles, a fin de que la estancia en esta área pueda ser disfrutada al máximo.
 Quizás a mi criterio la región que más interés arqueológico alberga es Efeso. Por un lado, para los cristianos es un lugar de peregrinación porque parte de la tradición acepta que Efeso fue la última morada de la Virgen María. En las colinas de Efeso se puede visitar la pequeña casita de piedra (hoy en día transformada en capilla), emocionarse con la paz que allí se siente y caminar bajo la sombra fresca de los árboles de la ladera. Por otra parte, no puedes dejar de conocer la maravilla que son las ruinas de la antigua ciudad griega, donde destacan sus dos anfiteatros y la deslumbrante puerta de la Biblioteca de Celso. Para recorrer una y otra vez!!

Las costeras Izmir (Esmirna) y Kusadasi te acercarán al Mar Egeo y su plácida belleza. Izmir es una ciudad que asombra por su modernismo, su comercio, su vida de cara a la costanera, su inmenso puerto y sus altos edificios.... Kusadasi es el puerto de cruceros de Turquía. Rodeada de colinas, en tus ojos quedará el recuerdo de ver los grandes barcos,  su vibrante muelle y el sonar de las sirenas al decir adiós...
 Su gente:
La hospitalidad turca es una de las primeras cualidades que percibirás al pisar por primera vez el país. 
Gente de sonrisa eterna en los labios, busca atraer al turista para conocer sus costumbres, sus productos, sus negocios.
Son comerciantes innatos también, por lo que intentarán conquistarte con ofertas y entrar en el venerado regateo, imprescindible en algunos mercados. 
Son personas orgullosas de su rico pasado y legado cultural y harán lo posible para que aprendas a valorarlas.
Si eres mujer y occidental, vas a notar también lo galantes y hasta halagadores que pueden llegar a ser los turcos...
Sus comidas:
En Turquía abundan los platos confeccionados a base de pollo, cerdo y algo de ternera en las regiones centrales. Siempre se acompañan los platos de una ensalada fresca y abundan las guarniciones de vegetales y papas.
Quizás el rasgo más identificatorio de Turquía sean sus dulces... las delicias turcas, en especial el baclava o las muchas variedades preparadas a base de miel y frutos secos son las más llamativas. 
En pleno centro de Estambul y en los mercados puedes encontrar vidrieras repletas de estas tentaciones para deleitarse durante la visita o llevar en packaging excelente como regalo a tus seres queridos.
Los puestos de frutas frescas y en especial de granadas pueden aliviar tu andar y refrescarte de manera sana y natural.
En el interior, los dátiles y turrones son ofrecidos en postres, en dulces o simplemente para comer al paso. Toda una experiencia gastronómica para no olvidar...
Y en Capadocia es posible degustar buenas truchas del Río Colorado, realmente exquisitas!! No lo olvides!!
Quizás lo que más pueda llamar tu atención es la gran cantidad de té (negro o de manzana) que el turco toma, quizás más que el café. Por donde vayas, un té será ofrecido en pequeñas tazas de vidrio sin manija que son también un emblema nacional. No te pierdas de saborearlo durante tu camino.... 


Datos del viaje a Turquía:

Agente de Viajes: Carey Turismo - Sra. Alicia Viva.  Cordoba 1452 2º E. Tel: 0341 - 4408260
Mayorista nacional: Becciu Sintectur


Estambul (Parte I): la joya de los Sultanes

Su Esencia:

Estambul siempre ha resultado fascinante: fue una metrópolis codiciada por cristianos y otomanos por siglos. Hasta su nombre cambió varias veces a lo largo de los siglos de continuo esplendor: fue conocida como Bizancio hasta 330, y posteriormente tras la conquista otomana, fue Constantinopla hasta el 28 de marzo de 1930. Ese día, el presidente turco en ejercicio Atartürk, padre de la actual República Turca, determinó que la ciudad recibiera el nombre de Estambul, que es con el que la conocemos actualmente.
¿Pero por qué Estambul conserva inalterable ese magnetismo que la hace única?
Su historia definitivamente influye en ello. Ya en el año 300, el Emperador Romano Constantino I El Grande se enamoró de la ciudad de Bizancio que había sido fundada originalmente por griegos y enriquecida por macedonios y persas. Tanto quedó prendado de ella que la nombró Capital de su Imperio llamándola Constantinopla. 
A lo largo de los siglos su fama y su esplendor atrajeron la mirada del Sultán  Mehmed II, quien conquistó la ciudad en el año 1453 tras un largo asedio.
Constantinopla dejó de ser una urbe bizantina y cristiano ortodoxa para transformarse en la Capital del Imperio Otomano y Musulmán. El dominio otomano se extendió hasta bien entrado el siglo XX, convirtiéndose en la civilización que más aportó y embelleció la ciudad.
Estambul no es la capital de Turquía, Ankara lo es, pero Estambul es la mayor ciudad del país, y el centro más importante a nivel cultural, histórico, industrial y turístico.
Otro factor que la hace tan particular es su ubicación geográfica. La parte histórica de la ciudad se encuentra en Europa mientras que la mayor parte del resto de Estambul se encuentra en Asia. 
El estrecho del Bósforo que divide ambos continentes y la grandiosidad del Mar de Mármara, no hacen más que dotar a Estambul de un paisaje único, dinámico, con un color y un sabor especial. 
Es tanto lo que Estambul ofrece, por historia, por tradición, por su Arquitectura, por su pujanza, por sus vistas, que un solo recorrido y mucho menos una sola nota en el blog no alcanzan. Aún así, la idea de la Brújula es orientarlos y dejarles apenas un atisbo de la maravillosa aventura que es conocer esta ciudad.

Lo Imprescindible n°1:
El Palacio de Topkapi
Su nombre significa "Palacio de la Puerta de los Cañones" y es el más famoso legado de los sultanes en la Estambul otomana.
Fue construido por el conquistador Mehmet II a los pocos años de su triunfo sobre la Constantinopla bizantina. A lo largo de los siglos, fue sumando más edificios y anexos y fue residencia de todos los sultanes hasta la construcción del Palacio de Dolmabahce.  
Está situado en un punto admirable, el Seraglio, donde confluyen las aguas del Estrecho del Bósforo y el Mar de Mármara.
Lo rodea una extensa muralla de 1400 mts. La puerta de ingreso al complejo utilizada para los turistas está a metros nada más de Santa Sofía, por lo que pertenece al área que se conoce como Sultanhamet. 
Un gran parque se extiende hasta ingresar a una impresionante puerta rematada por dos cúpulas puntiagudas: La Puerta de la Acogida (Bâb-üs Selâm).
Los jardines son una constante en el Palacio, ya que entre cada edificio o complejo podrás pasear por ellos, disfrutar de las rosas florecidas en verano y apreciar el toque verde de los grandes árboles que dan sombra a tu camino.
Recorrer el palacio lleva prácticamente un día entero o dos visitas en todo caso para poder apreciar las riquezas que contiene. Hay cuatro grandes patios que reúnen las atracciones principales. 
Entre lo más destacado, puede mencionarse:
* Las salas del Tesoro: la riqueza de los Sultanes de Estambul es legendaria no solo por las construcciones maravillosas que podemos hoy admirar, si no por los regalos que recibían de manos de mandatarios extranjeros, botines de guerra, herencias o el propio gusto por las joyas de los dueños de Topkapi. Es fácil ver que las grandes hileras de visitantes se centran alrededor del ingreso al Tesoro.
Con un orden prefijado y en hilera se va accediendo a las cuatro salas que componen el complejo del Tesoro, más el patio interno que presenta en sus balcones las mejores vistas hacia el Bósforo.
Aquí encontrarás el famoso puñal de Topkapi, el más caro del mundo, elaborado con oro, diamantes, esmeraldas gigantes y piedras preciosas.
Otra pieza impresionante es el llamado diamante del cucharero, el tercer diamante más grande del mundo.
Una cuna de oro, medallas y ornamentos fastuosos completan la exhibición.
Tip n°1: estas salas suelen ser las más visitadas. En las cuatro salas la luz es escasa para resaltar las vitrinas sobre la pared que contienen las piezas en exhibición. Suele hacer mucho calor, sobre todo en verano, por lo que procura visitarlas temprano.
Tip n° 2: No se permiten fotografías o videos en el interior del Palacio. A la salida de las principales colecciones, existen instalados en las galerías varios puestos con venta de libros realmente fantásticos sobre el legado cultural de Topkapi.

  * Las salas de la Reliquias Sagradas: confieso que me intrigaron más que las piezas del Tesoro. Resguardadas bajo una arquitectura exquisita, estas salas contienen objetos venerados tanto por judíos, musulmanes o cristianos. Así pueden encontrarse con el mismo exquisito cuidado en su presentación al público, el báculo de Moisés (sí, el mismo que dividió las aguas del Mar Rojo), la espada del Rey David, restos de la mano de San Juan El Baustista y pelos de la barba de Mahoma, junto con su turbante.
Tip n°3: para ingresar a esta sala, siendo mujer debes llevar pantalones o faldas largas como señal de respeto. No hace falta cubrir tu cabeza.

* El Hall de las Audiencias: revestido en mármol y con color dorado, esta cámara es un clásico ejemplo de arquitectura de estilo otomano, que consiste en una habitación para el trono y una espacio para reverencia junto a la misma. Presenta dos puertas al frente y una para salir. El trono del Sultán se ha logrado preservar hasta nuestros días. Sentado en él, el Sultán recibía a los embajadores y comunicaba sus decretos.
Monogramas de los Sultanes más importantes del período Otomano figuran en la pared de ingreso, sobre nuestras cabezas. Al ingresar al recinto, hacia tu derecha, encontrarás un bella fuente de pared, encargada por Sulimán el Magnífico.

* El Hall del Consejo Imperial: es uno de mis espacios favoritos y acabado en tiempos de Sulimán, por el trabajo exquisito de sus ventanales que permitían la noción de un consejo que se reunía bajo la mirada de su pueblo, por los mármoles de su interior, por el trabajo exquisito de sus bóvedas; visitarlo va a hacer que te sientas propiamente en presencia del Sultán.

* Cocinas reales: si dispones de tiempo, estas colecciones te acercan al día a día de las personas que formaban el séquito y servían al Sultán. El área la conforman tres cocinas que han sido preservadas desde la época del gran arquitecto otomano Sinan. 
Se puede visitar la Gran Cocina, la cual preparaba la comida para los invitados del Sultán y se decía que su organización y capacidad podía dar de comer a 4000 personas. Había otra cocina destinada a la preparación de las famosísimas delicias turcas, postres y dulces, y la tercera que era la cocina privada del Sultán y sus familiares.
Pero más allá de ver algunos elementos de hierro gigantes que permitían las cocciones en número importante, esta sección del Palacio alberga una de las exposiciones de porcelana y cristal más importantes del mundo. Realmente para disfrutar.

* La Colección de los Relojes: ubicada en uno de los edificios del Tercer Patio, proximo a la Sala de las Reliquias, se encuentra esta exhibición, solo recomendable para quienes aman los relojes de pared o artesanales, es una sala destinada a mostrar los numerosos regalos para medir el tiempo que solían realizarse al Sultán. De distintos tamaños y décadas, algunos presentan exquisitos trabajos en porcelana y en madera tallada.
* La sala de los trajes del Sultán: exhibidos en grandes vitrinas y a media luz, cerca de los pabellones del Tesoro, puedes encontrar un espacio para conocer los trajes más impresionantes que los últimos sultanes vistieron y utilizaron tanto en ceremonias oficiales, en asuntos públicos o en tiempos de guerra. Interesante para apreciar la calidad y riqueza de las telas y una forma más de evidenciar el poder de los Amos de Estambul.

Lo Imprescindible n°2:
El Palacio de Dolmabahce
El Palacio de Dolmabahçe fue la última residencia de los Sultanes del Imperio Otomano y es hoy en día, Palacio de Gobierno.
Fue el primer palacio de estilo neobarroco en Estambul y fue construido en tiempos del sultán Abd-ul-Mejid I entre 1842 y 1853, ya que el antiguo Palacio de Topkapi no podía proporcionar los modernos lujos del siglo XIX.
* La Mezquita de la Sultana y la Torre del Reloj:
Ya nomás antes de ingresar al complejo del Palacio y sus jardines, los ojos no pueden evitar admirar la Mezquita del Palacio, conocida también como Mezquita de la Sultana, por ser ordenada su construcción por la madre del Sultan en 1855. Su forma es cuadrada, 25 x 25 mts, con dos minaretes y un solo duomo constituyendo su techo. Es un complemento perfecto para el palacio, en estilo barroco y con ornamentación rococó.
Casi a lado de la mezquita, se eleva con una altura de 27 mts, la Torre del Reloj.
Fue diseñado en estilo otonamo neo barroco y presenta cuatro caras simétricas, tan bellas y blancas por el mármol en que se encuentra revestida la torre que no pararás de admirarla.
* Las Puertas de Dolmabahce:
No solo el Palacio es digno de admirarse, si no también sus espectaculares "puertas de ingreso". 
La Puerta del Tesoro es la entrada protocolar al Palacio. El trabajo exquisito en mármol blanco te resultará una de las maravillas del lugar
Sobre la orilla del Bósforo enormes puertas maravillosamente talladas permitían a visitantes ilustres llegar directamente desde el agua para los encuentros en el Palacio. Hoy en día son el objeto de fotografías de los peregrinos que llegamos junto a ellas.
  * El Palacio:
Para ingresar al Palacio deberás atravesar sus jardines, los más exuberantes de Estambul por la riqueza floral y el paisajismo casi occidental de su trazado.
El gran edificio del Palacio se alza majestuoso, a pasos nada más de la orilla del Estrecho del Bósforo. Es una gran estructura barroca y de color claro que contiene 285 habitaciones, 46 salones, 6 cuartos de baño y 68 toilets. Por primera vez, en el Palacio de Dolmabahce se encontraron bajo un mismo techo los apartamentos privados del Sultán, los espacios públicos y el Harem.
Antes de ingresar al hall y subir por las escaleras principales, deberás recubrir tus zapatos con los protectores que son repartidos a los visitantes tras el control de entradas. Hay un gran esmero en preservar los materiales originales y el estado general del palacio.
Para caminar, cada visitante y/o contingente debe hacerlo siguiendo el camino de la alfombra roja especialmente destinada y a los tiempos previstos por cada guardia de habitación.
 * Escalera del recibidor:
Hay escaleras impresionantes como la del Museo del Hermitage o la que conduce en el Louvre hacia la Victoria de la Samotracia, pero la esta escalera principal de Dolmabahce bien vale una apreciación por si misma; por la riqueza de los materiales empleados y por su diseño armónico en forma de doble herradura y la ambientación de la misma. Se la conoce también como "La Escalinata de Cristal", ya que posee balaustres de cristal de Baccarat.

* Las arañas y caideles: 
En ningún otro lado creo yo que puede haber tal conjunción de trabajos de luminarias fabricadas con cristal de Bohemia. Cada habitación tiene una araña pendiendo de su techo en distintos colores y formas, Los candelabros de pie y la decoración de las chimeneas tintinean y reflejan con su riqueza la magnificencia del lugar.
*  El baño turco del Sultán:
Solo está abierto en contadas ocasiones, pero puedes preguntar por él cuando visites el Palacio. Junto a la recámara del Sultán se ubica un verdadero capricho digno de los dioses: un baño de vapor especialmente recubierto en piso y paredes de alabastro egipcio, con tallados impresionantes y un techo calado para entrar la luz del sol que según cuenta la leyenda, era una de las alegrías del Sultán.
Es tan valioso en su material y frágil en su concepción que se restringe por tales motivos el acceso al público en general.

* Salón Ceremonial o Muayede:
En el último piso del Palacio se encuentra el salón principal. Es un espacio enorme de casi 2000 mts2, de una altura de 36 mts y ambientado con 56 columnas.
Una enorme luminaria de 750 lámparas y que pesa cuatro toneladas y media domina la visión del  gigantesco salón. Fue un regalo de la reina Victoria y para sostenerla, un enorme duomo tuvo que ser construido para formar el techo del Palacio y está exquisitamente pintado con frescos.
Una inmensa alfombra turca domina el suelo del salón y complementa la decoración.
Las galerías superiores eran utilizadas por embajadores extranjeros que eran invitados a las ceremonias y en ocasiones especiales, por la orquesta de músicos.
Todavía se puede observar el trono dorado el Sultán en homenaje a su memoria.

* Tips sobre fotos: lamentablemente no se puede sacar fotos o filmar en el interior del palacio. Se pueden comprar libros o mejor aún, albúmes de postales por menos de 10 liras turcas antes del ingreso principal al palacio, en el espacio que se extiende entre la Torre del Reloj y la Gran Puerta de ingreso.

Lo Imprescindible n°3: 
El Palacio de Beylebery
Tiene dos particularidades que lo diferencian de otros palacios: se sitúa en la Costa Asiática y fue construido exclusivamente como Palacio de Verano.
Hoy en día, se distingue también ya que su paisaje se vio alterado (y mejorado quizás) por el Puente Bicontinental que une Europa con Asia y que se erige a pocos metros de los jardínes del Palacio.
El Palacio tiene una forma simetral y está decurado en el estilo del siglo XIX europeo y el mobiliario interior está conservado totalmente en forma original. Da la impresión de ser un museo absolutamente amueblado.
El exterior es de estilo barroco francés, construido en piedra y mármol.
Se destacan por su belleza dos habitaciones en el interior del palacio: en el primer piso se ubica "La Habitación Piscina", denominada así porque contiene una enorme piscina de mármol en su interior. En el piso superior, puedes encontrar el exquisito "Cuarto Azul", decorado con columnas de estuco azul, techo pintado, inscripciones, candelabros y vasijas.


La decoración en general muestra el gusto otomano de aquella época por las tradicionales alfombras turcas, los caideles y lámpara de cristal de Bohemia, relojes franceses y un gran colección de porcelana china, japonesa y francesa. 
Son increíbles además, los grandes ventanales de las habitaciones que dan al Bósforo por la belleza del paisaje.
Lo llamativo es que el palacio no preveía ningún sistema de calefacción para combatir el duro invierno del Bósforo ya que nunca se planeó para ser utilizado durante los meses de más frío de la región.
Y no dejes de recorrer sus jardínes con toda clase de árboles y plantas y las vistas geniales al Bósforo. Existen en el parque principal dos gazebos construidos especialmente para que el Sultán pudiera disfrutar de su taza de café o té y admirar el paso de los botes.
Otro dato curioso es que para ingresar al castillo, deberás atravesar un viejo túnel (ahora acondicionado con algunas vitrinas y elementos de su época) que corre casi debajo del gran Puente Bicontinental. 
Tips adicionales:
* en el interior del palacio no se pueden sacar fotos ni filmar. Existe en el jardín principal una cafetería y una pequeña tienda de souvenirs con buenos libros o postales para llevar.
* la pisicina exterior del Palacio es magnífica y se encuentra elevada en los jardínes del castillo. Generalmente no se permite el acceso al público (puede ser vista desde las alturas del Puente al atraversarlo para volver al lado europeo de Estambul), pero conviene preguntar en caso que se encuentre habilitada cuando visites el Palacio.


Lo Imprescindible n°4:
El Palacio Yerebatan. 
Recuerdo que la primera vez que llamaron mi atención fue en una de las primeras películas de James Bond, "De Rusia con Amor", cuando el genial Sean Connery vestía la piel del famoso agente británico. Hace poco, al leer la novela de Dan Brown, "Inferno", parte crucial de la trama transcurre allí y volví a intrigarme con ellas. 
El Palacio Yerebatan, o la Cisterna Basílica como se la conoce también, es la reserva de agua dulce más grande de Estambul. La ciudad cuenta con 60 cisternas y ésta, que se ubica a solo 100 mts de Santa Sofia (hacia tu derecha saliendo del museo), es la principal.
Fue construida en el año 532, lo cual significa que proviene de la época de Bizancio y el próposito fue proteger las fuentes bebibles de la ciudad frente a potenciales asedios de enemigos. Los Sultanes, lejos de cerrarla, aprovecharon sus virtudes para proveer de agua potable a los palacios cercanos y regar sus jardínes.
El lugar es impresionante y para llegar a ella debes descender por una escalera de poco más de 50 peldaños.
Lo que te deja sin aliento es la exquisita perspectiva que se extiende frente a ti. El techo de la Cisterna está soportado por 336 columnas de mármol,  que en promedio tienen 9 metros de alto, y se hallan ubicadas en 12 filas de 28 columnas separadas entre sí cada 5 metros aproximadamente. No asombra al verlas porqué se las suele describir también como un verdadero palacio.
La luz solar no llega nunca a la Cisterna y faroles de débil luz amarillenta ubicados en las pasarelas permite ir descubriendo la extensión del lugar y admirar su diseño único. 
Es tradición también en la cisterna Yerebatan visitar las bases de dos columnas que resultan muy particulares: casi al final de las pasarelas, donde no abunda tampoco mucho la luz, los turistas se agolpan frente a dos bloques tallados que representan el rostro de Medusa. Se cree que datan del período romano y cuenta la leyenda que la forma característica de ubicar estas cabezas como base de columnas no es casual: una está de costado y otra cabeza abajo a fin de evitar que los poderes de esta mítica criatura no deje petrificado a quien se atreve a mirarla directamente a los ojos.
Tips para fotos: la escasa luz del lugar provoca que las fotos con flash salgan terriblemente mal. Utiliza una cámara con una alta sensibilidad o iso; filmadoras capaces de captar imágenes con lux muy bajo también pueden ayudarte a guardar un bello recuerdo de tu visita a esta maravilla de la ciudad.


Datos del viaje a Turquía:

Agente de Viajes: Carey Turismo - Sra. Alicia Viva.  Cordoba 1452 2º E. Tel: 0341 - 4408260
Mayorista nacional: Becciu Sintectur