Su esencia:
Impecable luego de ser anfitriona de los Juegos Olímpicos del 2008, la ciudad luce como nueva y es un placer recorrerla.
Pero se debe estar consciente que a diferencia de otros destinos, no es habitual cruzarse con otros turistas tan seguido. Aqui los locales pisan fuerte, y son ellos los que imperan en cada atracción de la ciudad.
El rasgo europeo en la cara del turista todavía llama la atención a los habitantes de Beijing, sobre todo a gente mayor o a aquellos que llegan a conocer la capital desde el interior del país. No es extraño que respetuosamente, los chinos pidan de sacarse una foto con uno, como si nos tratáramos de una celebrity; pueden comprender entonces porqué un cabello enrulado como el mío, la nariz griega y unas largas pestañas les cause tanto asombro.
Los chinos suelen hablar con voz fuerte, en ocasiones como si estuvieran gritándose. No hay que alarmarse: se trata del énfasis que muchas de sus vocales tienen en el alfabeto chino. Los más jovenes sobre todo suelen ser bruscos y no tener demasiados miramientos con los turistas: pueden colarse, salir primero del ascensor aunque una sea mujer y hacer ruidos al comer. Es por ello que algunas costumbres pueden resultar chocantes para el turista occidental, por lo que no hay otra cosa que guardar la calma y seguir camino.
El inglés no predomina como segunda lengua. Si bien la mayoría de los letreros indicadores sí están escritos en inglés, es dificil encontrar quien lo hable fuera de la recepción del hotel o en locales de venta de souvenirs en las principales atracciones.
El inglés no predomina como segunda lengua. Si bien la mayoría de los letreros indicadores sí están escritos en inglés, es dificil encontrar quien lo hable fuera de la recepción del hotel o en locales de venta de souvenirs en las principales atracciones.
Beijing es para quienes buscan pura historia, tradiciones milenarias y una arquitectura única. La apertura que paulatinamente ha venido ofreciendo China desde la década de los noventa, hacen que tanto Beijing como las principales ciudades del país constituyan un destino en auge y que el servicio al turista se brinde con excepcional calidad.
Lo Imprescindible 1: La Plaza de Tiananmen
Cualquier recorrido por Beijing debe comenzar aquí. Es la plaza más importante de China por su contenido político y la más grande del mundo además. Las dimensiones son gigantescas, aunque a uno no le parezca cuando se detiene a observarla y a contemplar los edificios que la circundan; sus dimensiones son 880 por 500 metros.
Allí tuvo lugar la lamentable masacre de manifestantes en 1989, y es el lugar donde los chinos forman largas colas en procesión para poder entrar al mausoleo de Mao y se plantan flores para adornar sus caminos.
Si tratamos de colocar referencias en cada punto cardinal de la plaza, vamos a encontrar en la parte sur una bellísima torre, la Torre Qianmen, que alberga un museo de historia de Beijing; es como la puerta de ingreso a la Plaza.
En el lado este se puede ver el Museo Nacional de China, especializado en la historia del país. En Julio del 2012 cumplió su primer centenario; recientemente remodelado, es una buena alternativa para aprovechar todavía más la visita a la Plaza.
En el lado oeste, se encuentra el Gran Palacio del Pueblo, donde se encuentra la sede del Gobierno.
Entre ambos edificios, situados en forma opuesta, en el centro de la plaza se alza un obelisco de granito de 38 metros de altura, que se conoce como Monumento a los Héroes del Pueblo; en él se tallaron los nombres de los más destacados líderes comunistas chinos.
El Mausoleo de Mao es el que más miradas atrae y llama la atención; ubicado en el medio de la plaza, alberga en su interior el cuerpo embalsamado de quien fuera el fundador de la República Popular China.
Por autoparlantes, se imparten instrucciones a quienes caminan en solemne e irreprochable procesión para brindar sus respetos al ex líder comunista. Para entrar al mausoleo es necesario dejar las mochilas y no llevar cámara de fotos.
Por último, en el extremo norte de la plaza, se alza imponente, el símbolo de la Plaza, la Puerta de Tiananmen o de la Paz Celestial, inconfundible al ostentar el rostro de Mao en el mural hecho en venecitas.
Su importancia radica en ser la entrada a la Ciudad Prohibida de los Emperadores Chinos. Por ella, caminaron los representantes de las dinastías Ming y Qing, siglos atrás.
La forma de la Puerta es muy particular, ya que consiste en una plataforma que cuenta con cinco arcos, el más grande y central es el que se utilizaba para los emperadores.
La Puerta de Tiananmen está rodeada de un pozo, por lo cual, para acceder a ella, hay que atravesar alguno de los siete pequeños puentes, hechos en mármol y adornados con tallados realmente hermosos. Tanto en los puentes como en la Puerta misma, pueden apreciarse las majestuosas esculturas de leones; según la tradición china, estos animales protegían a los humanos de los espíritus malvados.
Tips de tráfico:
La Puerta está separada de la plaza en sí por una inmensa avenida de varias manos, la cual es prácticamente imposible de cruzar de pie. Es por ello que debe utilizarse el túnel peatonal subterráneo que permite pasar tranquilamente y con seguridad de un lado a otro.
Tips de fotos:
La plaza está fuertemente custodiada por dos clases de fuerzas de seguridad. Los uniformados de verde militar y la policía de la ciudad de azul; solo pueden sacarse fotos a los uniformados de azul. A recordar esto, si no quieren recibir un fuerte llamado de atención por parte de los agentes de la Plaza.
Lo Imprescindible 2: La Ciudad Prohibida
Es la más grande atracción en Beijing, ya que fue durante 500 años, el hogar de los emperadores de China y su corte, desde la dinastía Ming hasta el final de la dinastía Qing. Declarada como Patrimonio de la Humanidad en 1987, concentra además la mayor cantidad de estructuras antiguas de madera en el mundo.
Es un complejo palaciego de enormes proporciones que no puede cubrirse en un solo día de visita. Contiene 980 edificios y casi 1000 habitaciones y no es para menos; aquí se encontraba el centro ceremonial y político del gobierno chino. Durante siglo, solamente podían ingresar al complejo, el Emperador, su familia y los funcionarios y sirvientes más importantes. Si algún plebeyo se atrevía a pisar sus recintos sagrados, una ejecución rápida y dolorosa era lo que le esperaba, de allí que recibiera el término de Ciudad Prohibida.
El complejo fue construido entre 1406 y 1420 y ocupa una superficie de 720.000 m2. Con su forma de rectángulo, se halla inserta dentro de una zona amurallada llamada la Ciudad Imperial, a la cual se accede tradicionalmente por la Puerta de Tiananmen.
La cantidad de edificaciones que presenta la Ciudadela, la hace a veces dificil de asimilar o seguir, pero tradicionalmente, se la divide en dos zonas: el Patio Exterior o Frontal que fue utilizado para propósitos ceremoniales y el Patio Interior o Trasero, donde su ubican la residencia del emperador y su familia.
No bien se transpone la Puerta de Tiananmen, se accede a un patio previo a la Ciudadela; allí se adquieren los tickets, se puede comprar agua, alguna fruta o algún souvenir. El espacio es ancho, con árboles y mucho control policial.
La Puerta que sigue es la llamada Puerta Sur. Tras cruzarla, nos encontraremos ya en la Ciudad Prohibida con una gran plaza por delante, muy singular además ya que está atravesada por el Río de Agua Dorada, que cuenta con cinco puentes de mármol. Es el lugar ideal para empezar a coleccionar las mejores fotos, ya que la arquitectura representativa de la Ciudadela se comienza a hacer presente aquí.
Hacia la izquierda de la Plaza se pueden ubicar los baños para damas y caballeros, austeros pero limpios.
Lo que sigue de los cinco puentes inmaculados por el blanco que resalta con el rojo de la pintura de los edificios y el naranja de los tejados, es la Puerta de la Armonía Suprema.
Una pareja de magníficos leones, inmensos e imponentes, de puro bronce reciben al visitante antes de traspasar esta puerta.
La decoración de la Puerta, que más que puerta, parece un palacio, atrae por sus tonos verdes, azules, amarillos y rojos.
Todo sirve de antesala al segundo patio al que se accede luego de atravesar esta puerta, ya que el complejo palaciego principal aparecerá ante nuestros ojos y en el centro el Salón de la Armonía Suprema.
Es fácil de distinguir ya que se alza luego a continuación de unas terrazas de mármol blanco de tres niveles que se elevan desde la plaza.
En este punto, si bien las dimensiones son enormes, hay que comenzar a tener paciencia. Decenas de chinos hacen largas colas para poder llegar hasta el Salón, con lo cual siempre hay mucho movimiento en esta parte de la Ciudadela.
Antes siquiera de intentar acercarse al Salón, hay que prestar atención a la rampa ceremonial gigantesca de mármol blanco que se extiende desde el patio hasta el corazón del Salón, entre las escaleras que permiten acceder por las terrazas de tres niveles. Esta rampa es la Vía imperial, que solo podía transitar el Emperador; ricamente decorada con bajorrelives simbólicos, es una obra de Arte en sí misma.
El Salón de la Armonía Suprema alcanza una altura de treinta metros sobre el nivel de plaza y es la estructura de madera más grande de toda China. Coronaciones, investiduras y bodas se celebraban entre sus paredes. En la pieza central, se halla un trono de madera extremadamente decorado, el del Emperador.
Los turistas chinos caerán casi en paranoia con el simple objetivo de observarlo desde la entrada del Salón y sacar fotos. Mi consejo es que si uno es grandote, se filtre entre la multitud, si no, no lo intente; los empujones y la pasión que despierta este solo símbolo del poder imperial hace que uno corra riesgo, o al menos, la cámara de fotos.
Por detrás del Salón de la Armonía es donde nace la Corte Interior. Una segunda rampa magnífica de mármol se extiende hacia el patio que permite acceder a los palacios del Emperador y sus concubinas.
Es aquí donde el complejo se torna más femenino, más ornamentado y con edificios que si bien ya no son enormes, ejemplifican el exquisito y delicado gusto chino. Fragmentos de la vida cotidiana puede apreciarse en distintas salas que conservan el decorado y los muebles de la época y hasta un reloj de sol muestra la delicadeza de sus jardínes.
Hay que deambular por los pasillos y los patios para apreciar el color y el verdor que rodeaba la vida de la familia del Emperador.
Al norte del jardín está la Puerta de la Divina Armonía, que representa la salida del Complejo para quien haya entrado por la Puerta de Tiananmen.
Tip ubicación:
En wikipedia, pueden encontrar un buen plano de la Ciudad Prohibida, para ayudarse en la identificación de los puntos claves del complejo.
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/76/Forbidden_city_map_wp_1.png
Lo Imprescindible 3: La Gran Muralla
Legendaria, milenaria y admirada. Es el sueño de todo viajero caminar sobre las piedras y escalones de la Gran Muralla y observar su serpenteo a través de las montañas.Para conocerla, hay que pasar sí o sí por Beijing y transitar unos 50 kms desde la capital de China para ver los primeros vestigios de la Muralla.
Alejarse de la ciudad trae también la ventaja de dejar atrás su smog y su cielo plomizo y disfrutar del verde de las montañas y por supuesto un aire más puro y vigorizante.
Hay varias tramos visitables de la Muralla que han sido restaurados y son de más fácil acceso para el turista. Algunos centros de visitantes cuentan inclusive con cablecarril o funiculares para quienes tengan alguna complicación de salud que dificulte el ascenso.
En mi viaje por China, tuve la oportunidad de visitar el paso Ju Yong, es uno de los tres pasos de la Muralla además de JiaYuGuan y ShanHaiGuan.
El Paso de Ju Yong es el primer tramo accesible, que está más cerca de Beijing. Siglos atrás contaba con gran importancia económica por pasar por ella las que fueran rutas comerciales.
A diferencia de otros lugares visitables, es un tramo escarpado y montañoso de la Muralla. En el valle, y cerca del estacionamiento y la oficina de tickets, se encuentran cafeterías, tiendas de souvenir, un templo y la puerta inmensa del Fuerte.
El tramo que se puede visitar de la Muralla exige enseguida subir para comenzar a recorrerla. No hay mucha opción: hay que subir los escalones para apreciar el paisaje. El inconveniente principal es que no es simple el primer tramo: lleno de turistas, hay una fila que sube y otra que baja; los escalones de piedra suelen ser de distinta altura y hay que ir tomándose de la baranda cuando existe o de la piedra misma para avanzar. Una vez que uno llega a los primeros atalayas o fortines, luego de un esfuerzo aeróbico no menor, el flujo de turistas disminuye y cuanto uno más sube, mejor es la vista, el aire y el sol. Los escalones se hacen más largos y con suave declive o directamente la piedra misma se convierte en una rampa de ascenso con pasamanos para ayudarse a avanzar. Hay que estar preparados para todos los esfuerzos y llevar zapatillas o calzado de trekking para aminorar el impacto que sufren los tobillos al bajar.
En el segundo fortín, contando desde el inicio del ascenso a nivel del estacionamiento, hay un puesto que vende bebidas, café, souvenires y recuerdos de la Muralla y hasta acuarelas con los bellos paisajes del lugar.
No dejen obviamente de entrar en los fortines y visitarlos, porque están abiertos al público. De roca pura, asombran con las vistas que pueden surgir al asomarse a sus ventanas.
En tramos bajos de la Muralla es costumbre también, como en muchos puentes del mundo y lugares emblemáticos, que parejas de enamorados coloquen candados como prueba de su amor. Es una nota de color, que se agrega a los banderines ondeantes al viento y al ir y venir de viajeros que quieren experimentar su paseo por la muralla.
En lo posible, y si prefieren tramos menos esforzados o no son tan aventureros, traten de llegar a centros de visita como Badaling. Las fotos más emblemáticas y los trechos más largos para caminar se encuentran allí; concentrarán entonces su tiempo en admirar más el paisaje y no tanto en escalar la Muralla en sí.
Lo Imprescindible 4: El Palacio de Verano
Es la madre de todos los jardines clásicos de China y conviene dedicarle al menos una tarde completa a s visita. Tiene de todo: una colina enorme que domina el panorama, un lago en el que se puede navegar, jardínes con árboles centenarios que se mezclan con las preciosas edificaciones del palacio.El paseo ofrece revivir como turistas la paz y el refugio del que disfrutaron como élite las familias imperiales chinas.
Considerado como Patrimonio de la Humanidad desde 1998, ocupa una extensión de aproximadamente 300 hectáreas. El jardín y los palacios se extiende alrededor del Lago Kunming, totalmente artificial. Todo el complejo fue restaurado en 1899 por la Emperatriz Cixi, luego que el Palacio fuera casi destruido durante 1860.
Quien entra al jardín, se sentirá llamado primero por la serenidad del lago, por los sauces que se inclina sobre las orillas y por el bello Puente de los 17 Arcos. De mármol blanco, tiene una longitud de 150 metros y una anchura de ocho metros. Está decorado con 540 leones esculpidos en diferentes poses; el puente une la orilla del lago Kunming y la isla de Nanhu, en el medio del lago.
Una buena opción es tomar un paseo de media hora en las embarcaciones del lago y disfrutar del paisaje. La Colina de la Longevidad se puede ver entonces perfectamente y apreciar su verdor y los palacios y la pagoda que la embellecen.
Uno de los puntos que reflejan al extremo la excentricidad de la Emperatriz Cixi es el Barco de Mármol; construido con mármol y cristal (originalmente sus dos pisos eran de mármol puro), era utilizada por Cixi para celebrar fiestas. La Emperatriz financió su construcción con los fondos que estaban destinados para renovar la Marina China. El Barco, que por supuesto, nunca llegó a navegar, se iergue hermoso y casi con descaro en una de las orillas del lago.
Lo que sí o sí debe transitarse en el parque es el Gran Corredor o Gran Galería: se trata de un pasillo techado de más de 750 metros de longitud que se extiende siguiendo la margen del lago.
El techo del corredor está decorado con infinitas pinturas sobre la historia y la naturaleza de China. Cixi lo ordenó construir para poder moverse por el pasillo sin preocuparse por el clima.
Hoy en día, turistas y vendedores ambulantes lo transitan sin pudor. El Gran Corredor posee cuatro rotondas o centros, una por cada estación del año. Justo en la mitad del corredor, se encuentra la subida a la Pagoda del Buda Fragante, construida en lo alto de la Colina de la Longevidad.
La Emperatriz la subía una vez por año para orar. Yo no lo intenté, pero cuentan que tras subir los escalones por buen rato y alcanzar la cima de la Pagoda, hay una vista impagable del lugar.
Entre los edificios que componen las dependencias del Palacio, uno de los más importantes es el Pabellón de la Benevolencia y la Longevidad, despacho principal de la Emperatriz. Sorprende el edificio por sus tallados, su decoración, su exquisita pintura y los animales típicos de la astronomía china, moldeados en bronce puro y que adornan la entrada del lugar principal de recepción de la nobleza.
Les dejo el enlace oficial en español del Palacio de Verano:
http://www.summerpalace-china.com/spanish/index.html
Lo Imprescindible 5: El Templo del Cielo
En mi opinión es la construcción más bella de Beijing y es uno de los más representativos de la ciudad.
Inmerso en un gran parque, recomiendo utilizar la entrada oeste para poder comenzar el recorrido a través de la Gran Galería. Tal como ocurre en el Palacio de Verano, aquí también vamos a encontrar un recorrido cubierto, pero no tan extenso, su longitud es practicamente la mitad (360 metros) y en los fines de semana, se convierte en una buena excusa para apreciar la vida cotidiana de las familias chinas.
Hay mayores jugando su ajedrez con fichas, músicos tocando sus instrumentos típicos y alguna que otra intérprete acompañando las notas. Gente disfrutando del verdor y del tai chi, vendedores ambulantes con alguna que otra ganga en pañuelos de seda.
El recorrido merece la pena y es la antesala al bello edificio de forma circular que se encuentra la terminar la galería.
El Templo del cielo, construido sobre tres terrazas circulares de mármol blanco, destaca por su belleza, por su diámetro de 30 metros y una altura de 38 metros. Asombra que no se apoye en ninguna viga, sino que lo hace en 28 pilares de madera y muros de ladrillo.
Su tejado es además lo más representativo: son tres niveles, con tejas de color azul y remata su cúpula en una bola dorada.
Reconstruido en 1900, ya que fue comido por las llamas al ser totalmente de madera, era un lugar de oración para el Emperador, quien llegaba hasta él para pedir por una buena cosecha al comienzo de cada año. La decoración pintada a mano del palacete, muestra en sus capitales dragones azules con dorados, los verdes esmeralda y los rojos corales se repiten bajo cada techo, otórgandole belleza y serenidad.
Una rampa de marmol tallada, el camino sagrado del Emperador se extiende a lo largo de los tres pisos, como ejemplo de la importancia del edificio y del papel que representaba en las dinastías chinas que se sucedieron en Beijing.
A cada lado de la entrada al gran espacio de la plaza donde se halla el Templo del Cielo, hay dos edificios, el Anexo Este y el Oeste. Es interesante visitarlos porque permiten al visitante interiorizarse sobre la historia y la construcción del edificio, y brinda mejores ángulos todavía para las fotos.
Lo Imprescindible 6: Paseo por los Hutongs
Cierto es que en Beijing queda poco de lo tradicional, pero en las cercanías del Palacio de Invierno, es posible transitar a pie o rentar un tour en rickshaw para hacer el paseo más ameno todavía. Se le llama rickshaw a las bicicletas o carritos tirados por un hombre, y es un medio de transporte muy popular en China. El barrio de casas típicas de una planta, con callecitas estrechas y puertas de madera pintadas de un rojo brillante, nos permite por un rato vislumbrar el estilo de vida que tenían los habitantes comunes, muy lejos del lujo y la excentricidad de los Emperadores.
Hay paseos que solo implican la vuelta en rickshaw y otros que permiten inclusive visitar el interior de una casa típica: ver sus habitaciones, el mobiliario, la decoración, su patio interno. Un paseo completo como estos pueden rondar los u$s 30.-
Lo Imprescindible 7: Los acróbatas chinos
Una visita a Beijing no puede estar completa sin presenciar uno de los espéctaculos más tradicionales en China: el de sus acróbatas.El Teatro Cielo y Tierra (The Heaven and Earth Theatre, 10 Dongzhimen Nandajie, Chaoyang District) ofrece diariamente a las 19.15 hs de la tarde, en un amplio auditorio un pintoresco show de poco más de una hora, dotado de mucho color, música milenaria y coreografías casi circenses que dejan encantados a grandes y chicos. La pirámide humana y las piruetas en bicicleta sobre el escenario son números infaltables y que han ganado fama internacional.
La contra es quizás que las hileras de asientos, (son escalonadas) tienen poco espacio para estirar las piernas y no se permite sacar fotografías ni filmar. Un novedoso sistema de luz verde tipo láser identifica la cámara al momento de prenderla y es imposible enfocar hacia el show, además de lo rápido que uno es delatado . . .
Más información en este link:
http://www.beijing-travels.com/beijing_guide/theater/tiandi.html
Donde Alojarse:
Tuve la suerte de alojarme en el hotel Crowne Plaza Bejing, sobre la Avenida Wangfujing. Puedes leer mi crítica y otras más, como siempre, en Trip Advisor.
Datos del Viaje:
Fecha del viaje: Septiembre 2011
Agente de Viajes: Carey Viajes y Turismo. Cordoba 1452 piso 2° ofic E
Tel: 54-341-4408260 - Rosario - Argentina.
Operador mayorista: Mahal Tour Operator. Tel: 54-341-4247350
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